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EL METROPOLITANO AL QUE CASTAÑEDA NO SUBIÓ

Una aparición casi fantasmal del líder de Solidaridad Nacional acaparó la atención de la prensa, y más de una interrogante en los usuarios de ese servicio.

Publicado: 2014-08-19

Pasada la aparición mediática de Castañeda, se me vino a la cabeza una sana envidia: “yo quiero el Metropolitano que él está usando. “

Para quienes vivimos todos los días la resignación de las colas casi interminables, de la espera que desespera, del aplastamiento colectivo, la imagen del solidario paseándose casi solo, parece sacada de cualquier lugar, menos de un día cualquiera al que miles de anónimos usuarios están obligados a padecer.

Porque si me preguntan que la imagen del señor en mención es idéntica a la realidad, habría que agregarle algunas detalles que le haría repensar lo bacán que es subirse a una de sus obras, así se haya demorados ocho años en implementarla.

Para empezar habría que plantearle no salir a las cinco o seis de la mañana, sino un poco más tarde, estaría bien a esos de las siete, para que vea lo cuán moderno nos sentimos los miles de usuarios, por una obra que la inventó Andrade, y la deformó el solidario.

¿Y en qué consistió alguna de esas deformaciones? Por ejemplo que en el directorio donde se debate cualquier tipo de cambio en relación al Metropolitano, no haya nadie que represente al usuario de a pie. Bueno, en realidad sí los hay, pero son tan pocos que más parecen almas en penas que nuestros representantes, así que lo que manda ahí es “caballero don dinero.”


Y cómo habrá sido el amarre tal, que la pobre alcaldesa poco pueda hacer para librarnos de esa pesadilla cotidiana. Si Orión es una funeraria andante, el Metropolitano tampoco es un consuelo, sino más bien parece su primo lejano, donde quien sigue pagando los platos es el pasajero.


Escrito por

Cristian Roca

Bachiller en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza.


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