Nos habíamos robado tanto
Con esto de que a la mayoría de limeños acepta “el roba, pero hace obras”, se me vino a la cabeza el nombre de Pablo Escobar, que tan bien incrementó su narco fortuna, asolapándola con obras tan bienvenidas que terminaron convirtiéndolo en santo casi universal.
Y es que Pablito no fue ni precursor del lema que hoy en día es el centro de las noticias, pero sí que supo sacarle jugo, convirtiéndose en una especie de Robin Hood sombrío. Y el nivel de “perfección” de esta lógica chavetera -condicional de roba pero haces obras fue de tal magnitud, que Pablito Coca no solo tuvo su propio equipo de futbol, construyó estadios allí donde no había, sino que ya en el colmo,creo todo un barrio entero llamado “Medellín sin tugurios”.
Pero fíjense que esa lógica de captación de pueblo zombie a merced de un único interés se ha internacionalizado tal cual al estilo de Pablo Escobar, que hoy en el distrito don vivo, Chorrillos, hay casi otro distrito más, allá donde las antenas y las nubes parecen inalcanzables, se aglomeran cientos de viviendas, que otrora tiempo eran inexistentes, y que en estas elecciones, ya está más que cantado, por quién botarán. Y para que no quepan dudas, basta echarles un vistazo a nuestros nuevos vecinos, para toparse con un cerro tatuado con el nombre del re-re-re electo y angurriento alcalde.
Así que eso de transparencia vs corrupción es mandarín para varios peruanos; más aún, como recuerda en una columna Mirko Lauer, donde más de la mitad de los habitantes de la capital es informal; osea que con ellos no es, porque su guita no está en el bolsillo de los malos alcaldes, sino en otros lares.
Recuerdo haber tenido una brevísima conversa con un amigo sobre ese tema, y él me decía, muy convencido, de que a la gente que piensa así hay que explicarle que no es verdad, que el que roba, puede hacer obras, pero las hace mal. Yo lo respaldaba en todo sus afirmaciones, pero le decía que toda su explicación se iba al carajo cuando abrías el periódico, o le hacías clic a la tele,y veías a ciertos padres de la plata saliendo de lo más limpios de sus raterías, gracias a un juez al peso.
Y recuerdo también al pillo de maestro que tuve en un colegio estatal ; el pillo en mención pedía disco de los Beatles para su desesperados alumnos ; y si de inclusión se trataba allí estaban las hojitas milagrosas a cincuenta céntimos, tan libradoras de los golpes familiares , y consuelo y salvación para seguir en plan H. Así que ejemplos nos sobran para entender por qué cuando uno habla de corrupción, recibe como respuesta, “roba pero hace obras”.